La noción de la casa de Troya se refleja en la idea de una piel envolvente, una forma de construcción que contiene lo inesperado; donde las ventanas están disfrazados con persianas, y donde el programa interno es desconocido. Internamente este programa se extrapola a encajar el contenedor con habitaciones de sus hijos y un baño arriba y espacios de vida de abajo. Una vez más un gesto inesperado, cuando los niños no están aislados en las habitaciones, pero hicieron sentir parte del mayor espacio interior. Un vacío de comunicación que funciona como una chimenea termal permite la conversación entre el piso de arriba y los espacios que viven por debajo. Las conexiones visuales se pueden hacer entre los niveles a través de las ventanas circulares dispersos a lo largo del corredor, cuarto de baño y uno de los dormitorios de arriba.
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