Un hombre soltero no es una película convencional, opta por un tipo de propuestas que podrían rebautizarse como 'cine sensorial', historias que remiten auna única emoción, un tono que se alarga, a ratos languidece, a lo largo de un metraje correcto que, como toda poesía, puede llegar a hastiar o a extasiar según el ánimo de la platea. A ratos parece una propuesta de aliento clásico con una notable fotografía, excelente música y dirección artística que redondean un conjunto bello, obsesionado por la estética. Esta persecución de la belleza se combina con los sentimientos de sus personajes, y es aquí cuando la película se reivindica como cine pop inspirado,
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